Más que glamour en Lily’s Salon
Por Carolyn Bradley & Layda Galvan, informes adicionales de Jesus J. Montero
Un rayo de luz vibrante y caluroso alumbra las cuantas plantas que hay alrededor, incluyendo
los colores rojos y azules que representan y celebran la patria de Colombia, eso es visto en Lily’s Hair Studio.
Liliana Solarte, la dueña del estudio en 5100 W. 14th St., comparte las experiencias que ella ha tenido en Cicero a lo largo de 21 años.
“Pues como tu sabes, cuando las personas llegan a un país donde el idioma y otras costumbres son diferentes, uno se siente un poquito mal prácticamente porque ha dejado todo lo de uno allá,” dice Solarte.
Por un tiempo, Solarte se quedaba en casa con sus hijos porque no tenía amigas o a alguien que le cuidara a sus hijos, hasta que su esposo la impulsó a que abriera un salón.
“Recuerdo que fui con mi esposo a cortarse el cabello, y la muchacha que cortaba el cabello tenía a su niño ahí en el salón. Él me dijo, ‘mira no te gustaría hacer lo mismo así. Mira, puedes tener el niño ahí,’ y yo venía de hacer otras cosas de allá. Dije, ‘oh no, yo creo que no me veo haciendo eso,’ pero son cosas que uno dice, pero yo creo que el destino ya lo tiene ahí marcado.”
Cosechando negocios
Solarte aprovechó la oportunidad que Bell Mar Beauty College le ofreció. Mientras ella estudiaba, ella trabajaba con una amiga hasta que recibió su certificado en cosmetologia. Después, la dueña anterior del local era conocida del esposo de Solarte quien le ofreció el salón.
“Cuando me gradué, la dueña de este salón era conocida de mi esposo y ella fue a buscarme por que sabía que yo estaba estudiando. Ella me dijo que necesitaba alguien acá y después me ofreció el local y así fue cómo comenzó todo.”
El 5 de Julio 2005, Solarte se adueñó y bendijo el salón con su nombre.
“... Me aventé, todo inicio por lo de mis niños,” explica Solarte. “Yo dije, ‘esta es una manera de poder trabajar independiente, y que yo pueda tener a mis niños conmigo y no tener que darlos a cuidar más.’”
Al principio, Solarte trabajaba en su salón y al mismo tiempo cuidaba a su hija de un año. Sus clientes eran pacientes y dejaban que ella atendiera a su hija mientras les arreglaba el cabello.
Después de 14 años, Solarte sigue en el mismo local trabajando sola.
“Yo soy la que hace todo aquí, como la supernumeraria así decimos nosotros,” Solarte dice, “Mis clientes son pacientes, a veces se me junta un poco, y ellos esperan o regresan mas al rato, pero es porque son clientes de muchos años.”
Dándole la Bienvenida a la casa de su clientela
En Lily’s Hair Studio, Solarte se asegura que toda su clientela sientan comodidad al nivel de poder confiarse todo.
“Si llega un cliente nuevo aunque no lo conozca, es bien recibido con una sonrisa, es algo que a mí me nace.”
Solarte dice que Lilly’s Hair Studio es como estar en casa, y es un lugar donde ella puede expresar sus creencias. Ella cree que enseñando los caminos de Dios a futuras generaciones es fundamental para tener una mejor sociedad.
“Mi negocio no solamente es la fuente de ingresos para vivir,” explica Solarte. “Es una manera de poder conversar con las personas de Dios. Yo les platico de todas estas cosas y veo que es la falta de conocimiento en las personas, y así los han creado. Necesitamos inculcarles a los niños y irlos llevando por el camino correcto.”
Aparte de trabajar, Solarte utiliza Lily’s Hair Studio como una manera de levantar a la comunidad.
“A mi me gusta ver a todo el mundo bonito,” Solarte dice, “A mi me gusta dar consejitos simples, sencillos que también ayuda mucho a la persona, a levantar el autoestima.”
Carolyn y Layda son estudiantes de posgrado en DePaul University.
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